domingo, 23 de junio de 2013

Siempre estrás tú - Si estuvieras aquí


Bueno, hola de nuevoo!! Hoy estoy inspirada así que bueno me he dicho a mí misma: ¿por qué no escribir más? ¿Quizás unas cuantas citas de los dos primero libro de la trilogía de Francesco Gungui ya reseñados? El caso, es que me he puesto ha ello y sólo he encontrado entre mis frases 3 sin contar las que incorporé en la reseña anterior. Así para que no se me quede corto, las incluiré también, que nunca te cansas de leerlas. Ahí van:



Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre el blanco
y los puntos sobre las íes a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.
 
 

Cuando veis a dos personas juntas, ¿nunca os ha dado por querer saber si son novios, hermanos, amigos u otra cosa? A mí a veces me da por ahí, por la mañana, cuando voy en metro. Clavo la mirada en una pareja y me quedo observándola hasta que uno de los dos hace o dice algo inequívoco. Un beso, una frase como “Acuérdate de llamar a mamá” o “Te quiero”. Pero lo habitual es que la gente no se preocupe de dar a conocer al mundo entero por qué sale acompañada a las siete y media de la mañana.

 
 
"¿Y si estuviese a punto de llegar el fin del mundo? ¿Y si nos encontráramos ante una nueva glaciación? Esta sería la primera escena de la película: un chico y una chica que pasean tranquilamente por un parque, de la mano, hablando de ellos, del futuro, sin saber que el tiempo del que disponen está a punto de acabar..., aunque normalmente en las películas los personajes intuyen que el fin del mundo se está acercando, de modo que pueden hacer, en veinticuatro o cuarenta y ocho horas, todo cuanto nunca se han atrevido a hacer."
 
 
Tengo miedo de que Luca conozca a una monada extranjera y se acueste con ella, tengo miedo de que descubra una vida más divertida y plena, que recuerde con hastío su antigua vida en Milán, tengo miedo de que se olvide de mí, tengo miedo de perder nuestra intimidad, tengo miedo de que nuestros caminos se separen, tengo miedo de que ese distanciamiento nos aleje para siempre.
 
 
La idea que me cruza por la cabeza dura un instante: <<Lo he conseguido>>. Como si ya me hubieran aceptado, como si mi nueva vida comenzara justo ahí, delante de esa puerta. Me siento a dos mil kilómetros de Alice, de su rabia. Pero también me siento distanciado de nuestro amor, de sus reflexiones, de su complejidad. Quiero algo nuevo, quiero dejar atrás todas las inercias. Quiero una vida que sea solamente mía y que no dependa de mi familia, de Alice, de nadie.
 
 
  -¿Puedo decirte algo sobre las estrellas sin que me consideres patético? –me pregunta.
-Hummm… prueba.
-¿Te gustan las etimologías?
-Prefiero los piropos, pero soy toda oídos.

-Desear. Se deriva del latín de sideris. Y significa <<no ver en el cielo las estrellas necesarias para conocer un augurio>>. Si no la ves, sientes un vacío, una carencia, y ese vacío se llama deseo.




De modo que Alice y yo nos quedamos solos. Pero hay demasiados vacíos, demasiados agujeros en nuestro pasado reciente. Que han creado una telaraña, densa e impenetrable, hecha de incomprensiones, de cosas no dichas, de traiciones. Quisiera acercarme a ella, quisiera hablarle, pero la telaraña es una losa entre nosotros. No nos queda más remedio que caminar uno al lado del otro, como dos desconocidos.  
 
 
 
 Listo! Espero que os hayan gustado... mucho, mucho, muchoo!
 
Besotess grandess.
 
        
                                                ISA ESPAÑA
 
 
 
 
 

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